miércoles, 18 de noviembre de 2009

Noche de tango, negocios y política en una cena con Shimon Peres


Hacía un mes que Mariana Elsztain lo sabía. A ella le tocó organizar la mesa principal para los 20 comensales que iban a compartir la velada de tango con Shimon Peres. En su gira latinoamericana, el presidente de Israel tuvo dos encuentros similares. El de la familia Safra, de uno de los mayores bancos de Brasil, en San Pablo, y el de ayer, convocado por Eduardo Elsztain, el dueño de Irsa. Llegó el día y la esposa del anfitrión, por sumar a alguien, se cambió de lugar.

La manzana de la Esquina Carlos Gardel, en el Abasto, estaba cerrada el lunes por la noche en otra muestra de la seguridad que rodeó a esta visita. Pero la reunión se convirtió en el marco ideal para un tete a tete con la comunidad de negocios, políticos y un espectáculo de tango particular. Tal vez, por el mandato religioso, en el escenario no hubo pasos sensuales, con lo que descolló un bailarín que con dos escobas en reemplazo de la figura femenina, sacó viruta al piso. En el salón, estilo belle epoque, hubo una sucesión de buenos momentos. La delegación israelí, que aplaude intenso como cuando se piden los bises en el teatro, rompió enseguida el protocolo.

Elsztain aprovechó para unir a sectores de la colectividad que están subidos al ring, como Aldo Donzis de la DAIA y su rival, Agustín Zbar. La embajadora de EE.UU., Vilma Martínez, coincidió al llegar con Daniel Filmus, única figura de peso del oficialismo en la cena. En ese momento, el lobbista Saúl Rosenstein charlaba con Saúl Sang y Alejandro Elsztain, de IRSA. "Aquí está gran parte del PBI de la Argentina", deslizó un observador. Por cierto, Peres estuvo junto a Julio, Daniel y Darío Werthein, Moisés Khafif (Raghsa), Marcelo Mindlin (Pampa Energía), Jorge Goldfarg (Diarco) Enrique Eskenazi (YPF), César Wengrover (Sica) y el poderoso empresario rosarino Miguel Rosenthal.

A los macristas Diego Santilli y Silvia Majdalani se los veía preocupados. Ya sabían de las nuevas escuchas y se lo comentaban al ex kirchnerista Diego Kravetz. El ex jefe de Gobierno Jorge Telerman prometía su regreso a la política y a Miguel Kiguel le preguntaban por la economía:al mundo y a Brasil les va muy bien, respondió. Mientras, el abogado Ezequiel Segal mencionaba distintos negocios.

Peres no pudo probar bocado. Todos querían sacarse la foto con él. Patricia Bullrich y María Laura Leguizamón fueron las primeras en intentarlo. Eso sí, pudo ver el espectáculo y se descubrió que sabía la letra de Mi Buenos Aires Querido y de El día que me quieras . "El tango no necesita traducción", soltó el Presidente sin esperar el postre. Como en las películas, se retiró por la cocina. Allí, se reservó un instante y levantó la copa."Mazal Tov", le dijo al cocinero. CLARIN.COM

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