jueves, 17 de junio de 2010

Entrevista JS en El Telégrafo (Ecuador)‏Julian Schvindlerman

LAS RELACIONES ENTRE ISRAEL Y TURQUÍA SE ENCUENTRAN EN CRISIS
EL TELÉGRAFO (ECUADOR) - 6/6/10

http://www.telegrafo.com.ec/mundo/noticia/archive/mundo/2010/06/06/Las-relaciones-entre-Israel-y-Turqu_ED00_a-se-encuentran-en-crisis-.aspx

Tras el asalto de un comando israelí a un barco turco se produjo el conflicto diplomático.
Las palabras del presidente turco, Abdulá Gül, fueron cortas, pero tajantes: “A partir de ahora, las relaciones con Israel nunca más serán las mismas”.

El Mandatario hizo estas declaraciones tres días después de que el 31 de mayo un comando israelí atacara la Flotilla de la Libertad -integrada por seis naves y más de 700 pasajeros- que se dirigía a Gaza con ayuda humanitaria. El asalto fue a un barco de bandera turca llamado Mavi Marmara y murieron nueve personas: ocho turcos y un estadounidense, según informes oficiales.

El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU) condenó el asalto, mas no a Israel, mientras que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, lo calificó como un “baño de sangre” y pidió una investigación “completa” del hecho.

El ataque generó, además, la condena de la Unión Europea, de la Liga Árabe, de varios gobiernos, y causó protestas en el mundo.

El Presidente turco aseguró que el ataque dejaría “secuelas irreparables” en las relaciones bilaterales y agregó que “Israel cometió uno de los errores más graves de su historia”. La nación judía respondió a los cuestionamientos. Afirmó que fue en defensa propia.

El ataque fue al barco de bandera turca llamado Mavi Marmara. Murieron nueve activistas


El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lamentó la muerte de las personas, pero defendió el asalto a la Flotilla de la Libertad como “única salida” para hacer valer el bloqueo a la franja de Gaza y evitar que armas iraníes lleguen al movimiento islamista Hamás.

Según un informe del diario israelí La Aurora enviado a El Telégrafo, investigadores de ese país revelaron que al menos un centenar de personas se infiltró entre los activistas, “con el explícito propósito de atacar a los comandos israelíes, haciendo uso de armas blancas”. Precisa que algunas de ellas estarían relacionadas con grupos pertenecientes a la Jihad global, más que nada a Al-Qaeda.

El embajador de Israel en Ecuador, Eyal Sela, afirma que parte de la flotilla estaba integrada por grupos pacifistas y activistas, pero otra gran parte, sobre todo la organización turca IHH, tenía contactos con grupos islámicos de Hamás. “Ellos buscaron la provocación en un momento en que hay negociaciones indirectas con los moderados palestinos”, asegura.

Sela, quien confía que las relaciones con Turquía tendrán una solución diplomática, cuenta que hace más de dos semanas el Gobierno israelí informó a los barcos que primero tenían que ir a aduana en el Puerto de Ashdod, y todo lo que era ayuda humanitaria, como comida y medicamentos, pasaría; pero armas, no. Cinco de las naves aceptaron la llamada de Israel de llegar a Ashdod, menos el Mavi Marmara y fue cuando ocurrió el asalto, precisa Sela.

Desde España, Manuel Espinar, presidente de la ONG Cultura, Paz y Solidaridad, una de los organizadores de la flotilla, desmiente que los activistas llevaban armas y asegura que pensaron que Israel solo bloquearía su ingreso a Gaza, pero jamás consideraron que respondería con un ataque.

Espinar comenta que su hijo, Manuel Tapial, uno de los activistas que viajaba en la flota, le informó que el Ejército israelí realizó un asalto “brutal”. “Fueron asaltados por el Ejército israelí a las cuatro de la madrugada sin previo aviso y los miembros de la flotilla no llevaban armas, porque si era así, en ese momento las hubieran sacado, pero como hemos visto solo se han defendido con cuchillos de cocina y palos, nada más”, menciona Espinar.

El activista detalla que en la flotilla iban personas de 40 nacionalidades, entre ellos intelectuales, judíos víctimas del holocausto, por lo cual desmiente de que colaboraban con el movimiento islamista Hamás y niega que el grupo IHH esté vinculado al grupo terrorista Al-Qaeda.
Investigadores israelíes revelan que en la flota iban grupos relacionados con Al-Qaeda

El dirigente enfatiza que el ataque se realizó sobre aguas internacionales del Mar Mediterráneo, a 90 millas de Gaza y fuera de la soberanía marítima de Israel. El Gobierno israelí les advirtió que si se pasaban de las 60 millas -continúa- la marina intervendría, pero abordaron antes y de forma violenta. “¿Quién es Israel para decir que a 90 millas de su tierra no se puede circular? Un país tiene derecho a 20 millas náuticas, la flotilla estaba a 90 millas de distancia, no estaba en sus aguas”, enfatiza.

Turquía es el mejor aliado de Israel en la región. Sin embargo, los lazos entre ambos países -que son especialmente fuertes en los sectores militar, turístico y energético- han comenzado a resentirse tras el ataque de Israel a la franja de Gaza a finales de 2008, luego de mantener fructíferas relaciones desde mediados del 90.

Pero, ¿representa el asalto a la flota otro tropiezo más para que las relaciones entre Israel y Turquía se rompan? En lo personal, Guillaume Long, catedrático de Relaciones Internacionales de la Flacso (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Ecuador), duda de que el Gobierno turco tome una medida de esas “proporciones de manera apresurada”.

La bronca con Israel le da réditos políticos al primer ministro turco, Recep Tayyip Erdgogan, sobre todo entre ciertos sectores más islamistas, y cualquier declaración radical, o incluso una ruptura, le podría significar apoyo y votos, analiza.

“Pero por otro lado, Turquía es visto como un actor de peso en un potencial proceso de paz en el Medio Oriente, por lo que no le conviene radicalizar las cosas demasiado”, destaca Long tras afirmar que es sintomático que Turquía hable mal del Gobierno de Israel, pero no del Estado de Israel.
“Creo que eso indica que es poco probable que rompan relaciones por completo”, analiza.

Sin embargo, el conferencista internacional argentino Julián Schvindlerman explica a este diario que ahora los costos diplomáticos para Israel derivados de este episodio son altos, que están expresados en un empeoramiento apreciable de su imagen global, el deterioro marcado de su relación con Turquía, un mayor aislamiento ante Europa y un cierto endurecimiento de la posición palestina moderada.

Agrega que la reacción global del abordaje israelí a uno de los barcos de la flotilla ha seguido el patrón usual en incidentes relativos a Israel, como son la condena furibunda, luego la indagación fáctica y la aún no superada fase del oprobio mundial contra el régimen israelí.

Schvindlerman destaca, además, que si bien existe una extrema pobreza, no hay crisis humanitaria en Gaza, y que existen rutas normales por las cuales Israel canaliza ayuda propia e internacional a la población palestina, hasta “cien camiones diarios de provisiones”.

En este sentido, el conferencista resalta que de haber existido una verdadera vocación asistencial de la flotilla, la ayuda humanitaria pudo haber seguido estas vías. Pero, añade, la negativa del movimiento islámico Hamás -que gobierna Gaza- de no aceptar el material de ayuda de los activistas, entregado por las autoridades israelíes tras pasar una revisión, “demuestra que todo el ejercicio se trató de una provocación política”.

Horacio Calderón, analista y especialista en temas de Medio Oriente y África del Norte, coincide con Schvindlerman y señala a El Telégrafo que aquello quedó demostrado en el pronunciamiento de uno de los responsables de la organización de la flotilla, Bulnet Yildirim, quien, según el experto, habría manifestado su intención de ejercer violencia contra Israel si estas intentaba impedirles llegar a Gaza.

Asimismo, no descarta que grupos islamistas vinculados a Al-Qaeda y Hamás hayan estado involucrados en la operación de la flotilla.

Sin embargo, Calderón cuestiona que Israel no haya adoptado tácticas más adecuadas para detener, desviar, incluso abordar los buques en condiciones menos violentas. “Tal vez se hubiera evitado las bajas registradas, si no fuera por las altamente riesgosas tácticas de las fuerzas especiales Shayetet 13 de Israel, responsables del abordaje al Mavi Marmara y que se suponen son unas de las más altamente entrenadas de la región, incluso a nivel mundial”, explica.

Calderón considera que debido a este episodio podrían afectarse negociaciones altamente sensibles, como las relaciones entre Israel y Turquía, aliados estratégicos de vieja data, que sufren desde hace un tiempo un agudo proceso de deterioro.

También aquellas vinculadas al sospechoso desarrollo nuclear iraní, al futuro de Irak y a las necesidades estratégicas de los Estados Unidos en este último país y en Afganistán. De igual manera afectaría -acota- los diálogos entre la nación judía y Palestina, aunque, asegura, por el momento no hay proceso de paz, sino algunas conversaciones sin mucha relevancia.

Diana Auz/Mónica Álvarez
Redacción Mundo

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