lunes, 7 de junio de 2010

Entrevista JS en OiKehilá (Curitiba, Brasil). JULIÁN SCHVINDLERMAN

Soy analista político internacional, especializado en asuntos del Medio Oriente. Estudié Adminsitración de Empresas en la Universidad de Buenos Aires y posteriormente realicé una maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Hebrea de Jerusalém. En ese período, fui inviado a escribir artículos de opinión para el Miami Herald y publiqué notas en otros medios de Israel, Estados Unidos y la Argentina también, así como en periódicos de las comunidades judías de la región. Permanecí en Israel para escribir mi primer libro "Tierras por Paz, Tierras por Guerra", un trabajo academico pionero sobre el conflicto palestino-israelí en lengua hispana y que permanece como una referencia muy consultada. Posteriormente residí en Washington, D.C. cerca de un año para luego ir a Ginebra a trabajar como Director Ejecutvo Adjunto de United Nations Watch, una ONG suiza dedicada al monitoreo de la ONU. Hace unos años retorné a la Argentina, donde mantengo tres columnas radiales y una escrita en el periódico judio "Comunidades" y he estado disertando en América Latina sobre temas afines.
Uma de suas palestras em Curitiba é sobre o Irã e as armas nucleares. ¿Como Israel fica nesse contexto.
El programa nuclear de Irán representa una amenaza existencial para Israel, no solamente para su seguridad nacional, sino para su misma supervivencia. Desde los tiempos de Hitler, salvándo las primeras décadas de exaltación árabe, no ha habido un líder internacional que abiertamente llame a la obliteración del estado judío. Su desarrollo nuclear procura dotarlo de los medios para poder llevar adelante su anhelo destructivo. El mundo libre no parece estar tomando las acciones necesarias para evitar que Irán se transforme en una potencia regional nuclear, lo que puede terminar forzando a Israel a tomar una medida decisiva. El año 2010 luce como un año crítico para la contención o prevención de Irán.

¿De que maneira você acredita que devemos enfrentar o antisemitismo?

Primeramente, a traves de la educación. Y en un sentido amplio. No sólo los alumnos en las escuelas o los estudiantes en las universidades deben ser educados, sino los periodistas, los intelectuales, los diplomáticos y todos aquellos que aún no advierten que la demonización de Israel es una manifestación contemporánea de antisemitismo. Hay gente sumamente culta en sus áreas de competencia pero que en lo relativo al antisemitismo y al antisionismo saben poco, o nada. Vivimos en un entorno donde difamar a los judíos está mal visto, pero criminalizar al estado judío es considerado políticamente correcto. Esto es absurdo y debe ser enmendado. Cabe a las comunidades judías de las diáspora llevar adelante la tarea de informar, esclarecer y educar a sus compatriotas
¿Israel continua sendo mal visto pela imprensa de forma general

Desafortunadamente sí, si bien ha mejorado la situación en los últimos años [Nota: esta entrevista fue hecha antes del incidente de la flotilla]. En parte, el avance del islamismo sobre Occidente ha despertado algunas conciencias respecto de un flagelo que Israel ha venido enfrentando por décadas en casi total soledad. Pero aún así, importantes segmentos de la prensa mundial intentan separar la ofensiva islamista radical contra el mundo libre de la ofensiva islamista radical contra Israel. En este curioso esquema, Al-Qaeda es fácilmente condenable, pero Hamas o Hizbullah no tanto. Poco conmueve tanto a los periodistas como el sufrimiento palestino, en la medida en que éste sea inflingido por los israelíes. Si son maltratados por los árabes o por sus líderes ya no parece emerger tanta indignación. Israel falla en su esfuerzo de esclarecimiento, algunas comunidades judías de la diáspora hacen una labor ejemplar, otras no hacen lo suficiente. El desafío es enorme pues debe modificarse toda una cultura periodística consolidada a lo largo de los años.

¿Como você avalia a situação das comunidades da Diáspora na América Latina
Hay mucha variedad con lo cual es difícil generalizar. Aun así, luce que estan bien integradas en sus países. Dejando de lado las excepciones obvias de Venezuela y Cuba, las comunidades forman una parte activa de la vida nacional, contribuyen al crecimiento del país y gozan de un nivel de seguridad que no siempre ha sido pleno. Algunas amenazas acechan. La lucha contra el antisemitismo no está terminada, la lucha contra el antisionismo casi no está empezada, y el espectro del terrorismo islamista en America Latina, además de tener precedentes en la Argentina, no puede descartarse. La asimilación es otro tema regularmente presente en la agenda de preocupaciones comunitarias. Las comunidades pelean con los mismos problemas que la sociedad latinoamericana en general: vaivenes económicos, desestabilización institucional, proliferación del crímen. En balance, sin embargo, creo que son comunidades pujantes, motivadas y con mucho para aportar.

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