domingo, 27 de junio de 2010

Iran y el Momento Europeo

By EMANUELE OTTOLENGHI
La semana pasada, solo dias despues que una resolucion del Consejo de Seguridad de ONU introdujo nuevas sanciones contra Iran, los lideres de Europa aprobaron directrices para extender su alcance. Dado que Europa es el principal socio comercial de Iran, un fuerte movimiento ahora podria tener consecuencias devastadoras para Ahmadinejad, Khamenei & Compañia. Pero ira Europa lo suficientemente lejos? El escepticismo parece en orden. Todo dependera de los detalles que deban ser trabajados antes de la reunion del mes proximo de ministros del exterior.
Despues de años de infructuoso compromiso, la resolucion de la ONU ofrece una base para aquellos paises de la Union Europea presionando por sanciones mas duras—principalmente Francia, Gran Bretaña y los Paises Bajos—para convencer a sus reticentes socios a golpear finalmente a la Republica Islamica donde le dolera.
A diferencia de las medidas de la ONU, que fueron significativamente alivianadas para mantener a bordo a Rusia y China, las directrices de Europa suenan duras. Ademas de prohibiciones de visado y congelamientos de bienes en bastiones de Teheran, los gobiernos pidieron nuevas restricciones sobre comercio, el sector financiero, carguero maritimo y aereo, y mas crucialmente, el sector de energia. Especificamente, las lineas rectoras presionan por prohibir "nuevas inversiones, asistencia tecnica y transferencias de tecnologias, equipamiento y servicios relacionados con estas areas, en particular relacionado a refinamiento, licuefaccion y tecnologia de gas natural licuificado."
Pero la toma de decisiones de la Union Europea es incomoda y consensuada. La ultima vez que la ONU aprobo sanciones contra Iran en marzo de 2008, llevo cinco meses para que la Union Europea aprobara su propio conjunto de normas de implementacion. Aunque aquellas normas fueron mas alla de las medidas de la ONU, fue un caso de la montaña yendo a Mahoma.
Por que seria diferente esta vez? Los diplomaticos europeos han estado trabajando por meses para superar todas las objeciones, han obtenido el acuerdo politico de sus lideres, y han trazado medidas especificas para aprobar altes que la Union Europea pase a vacaciones a mediados de julio. Las viejas divisiones, sin embargo, continuan.
Los recien llegados de la Union Europea de Europa oriental y central estan sentados en la cerca. Sus relaciones economicas con Iran son insignificantes. Pero en algunos casos, tales como la Republica Checa, el escepticismo por las sanciones radica en una creencia que Iran, como todas las tiranias, es impenetrable a las sanciones. Si algo entonces, cuanto mas duras las medidas, mas entusiasta seria el apoyo de este grupo.
La disputa real es entre los europeos occidentales. Primero, estan los estados "navieros" (Chipre, Malta y Grecia); sus ganancias de servicios portuarios los hacen fuertes opositores a cualquier medida para extender el alcance de las sanciones de la ONU contra las lineas navieras de Iran.
Luego, estan los "estados de la ONU" (Austria, Belgica, y Suecia), que, habiendo convertido el multilateralismo pacifico en un articulo de fe, evitan la confrontacion a cualquier costo. Para ellos las sanciones de la Union Europea eran impensables antes de una resolucion de la ONU; incluso ahora, continuan siendo no apetecibles, por razones filosoficas. Extenderlas es un acto duro de digerir, especialmente debido a que algo del credo de la ONU de estos paises es aumentado por medio de beneficiosos acuerdos de negocios con Iran.
Lo que nos trae a los "estados de energia" (Dinamarca, España, Italia y una vez mas Austria), cuya exposicion e intereses de sus compañias nacionales de energia en Iran hacer a sus gobiernos menos entusiastas acerca de sanciones adicionales que podrian apuntar a los sectores de gas natural o petroquimico de Iran.
Luego estan los "estados Camara de Comercio" (Alemania, y nuevamente, Austria e Italia), cuyas industrias disfrutan acuerdos de comercio lucrativos con Iran, haciendolos un lobby poderoso contra las sanciones.
Finalmente, esta Suecia. Su involucramiento economico dentro de Iran puede no ser importante pero de acuerdo a fuentes diplomaticas, su ministro del exterior, Carl Bildt, aun parece resentir el hecho que no fue nombrado para ser el Jefe de Politica Exterior de la Union Europea. Los diplomaticos de la Union Europea dicen que el Sr. Bildt ha encallado el proceso de puro despecho. Es valioso destacar tambien que, durante la presidencia de la Union Europea de Suecia, el pais rechazo apoyar siquiera las mas blandas sanciones en respuesta al arresto en Iran del personal no diplomatico de la Embajada britanica en Teheran. El embajador de Suecia fue tambien uno de un puñado de diplomaticos occidentales en asistir a la asuncion de Mahmoud Ahmadinejad el año pasado. A pesar del apoyo general de Suecia por la ONU en practicamente cualquier otro tema, el Sr. Bildt ha incluso criticado la ultima ronda de sanciones de ONU.
Eso deja a Francia, Inglaterra y Paises Bajos con un desafio formidable. Un argumento que ellos podrian ofrecer es que, si nuevas sancionesduras contra un regimen como el de Iran son contempladas por intereses economicos, escepticismo filosofico y ego, como puede cualquiera confiar que la Union Europea cumpla?
Ellos podrian tambien notar la referencia de la resolucion de la ONU a "la potencial conexion entre las ganancias de Iran derivadas de su sector de energia y la financiacion de las sensibles actividades de proliferacion nuclear de Iran", tanto como su punto que "el equipamiento de procesamiento quimico y materiales requeridos para la industria petroquimica tienen mucho en comun con aquellos necesarios para ciertas actividades sensibles del ciclo de combustible nuclear." Dado el compromiso declarado de la Union Europea en combatir la proliferacion, la resolucion asi da a los reticentes hacedores de politica una fuerte señal para imponer sanciones de energia.
Eso podria llevar a la Union Europea a dar la medida de mayor alcance posible: prohibiendo exportaciones, inversiones, y transferencias de tecnologia en areas estrategicamente criticas del sector de energia de Iran, ellos podrian retrasar por años las campañas de Iran para modernizar sus tecnologias, y cortar la linea financiera del regimen en un momento en que esta particularmente vulnerable internamente.
En forma similar, gracias a las amplias referencias de la ONU a las compañias de la Guardia Revolucionaria de Iran, la Union Europea podria extender la lista de la ONU y agregar docenas mas, especialmente aquellas con filiales de aprovisionamiento en jurisdicciones europeas. La vigilancia ordenada por la ONU sobre bancos iranies, incluyendo el Banco Central de Iran, podrian tambien asfaltar el camino para restricciones bancarias mas duras de la Union Europea contra Iran, que podrian finalmente dejar a la Republica Islamica fuera de la Eurozona. Asi tambien podria un embargo de la ONU sobre ventas de armamento pesado dar a la Union Europea la excusa para prohibir el tipo de armamento liviano que el regimen necesita para la represion interna. Y la "vigilancia realzada" de la ONU sobre embarques y cargas aereas, emparejada con una prohibicion de la Union Europea sobre tales compañias y los servicios que ellas necesitan, podria dificultar las campañas de aprovisionamiento de Iran.
Finalmente, Francia, Inglaterra, y los Paises Bajos deben convencer al resto que las armas nucleares en las manos de los lideres de Iran, y la carrera de armas en el Medio Oriente que probablemente seguira, seria una amenaza para todos los que ellos estiman. Solo entonces ellos sacrificaran sus estrechos intereses economicos para promulgar duras sanciones contra la Republica Islamica.
El lexico y el marco legal tan supremos para los europeos como una cobertura para este tipo de accion ahora han sido provistos. Europa ya no tiene excusas validas para no actuar, y su responsabilidad de hacerlo nunca ha sido mayor.

El Sr. Ottolenghi es un becario senior en la Fundacion para Defensa de las Democracias y el autor del inminente libro "Iran: La Crisis Asomando" (London, Profile Books: 2010).
Fuente: The Wall Street Journal

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