jueves, 3 de junio de 2010

Ruben Kaplan. El embuste de la “flotilla de la libertad”‏



El embuste de la “flotilla de la libertad”

Ruben Kaplan

El sofisma de llamar “Flotilla de la libertad” a las naves que intentaron desafiar en una actitud nítidamente provocadora, el bloqueo de Gaza impuesto oportunamente por Israel para evitar el contrabando de armas destinadas al movimiento terrorista Hamas, quedó evidenciado, cuando efectivos de la Fuerza Naval israelí, al intentar abordar desde helicópteros “Iansuf”, (Búho) el navío de bandera turca “Mavi Marmara” para su inspección, fueron brutalmente agredidos con barras metálicas, cachiporras y cuchillos por los “pacifistas” que integraban la nutrida delegación de activistas pro-palestinos. Según el Acuerdo Interino firmado por la Autoridad Palestina e Israel, refrendado por la comunidad internacional, el mar frente a la costa de la Franja de Gaza está sometido al control naval israelí y el Estado judío está encargado de mantener la seguridad en el área. De conformidad con el convenio mutuamente aceptado, la entrada de buques extranjeros en zonas marítimas fuera de la costa de Gaza, está taxativamente prohibida. Un minucioso informe elaborado por el periodista Gabriel Ben - Tasgal, director de Guysen International News, del que se transcribe una parte, consigna que por la atribución conferida a Israel, éste país había emitido una notificación de advertencia a todos los buques extranjeros de mantenerse fuera de la designada zona marítima. “Acceder a esta zona pone en peligro a los pasajeros de la embarcación e interfiere con los esfuerzos de seguridad de la Marina israelí. Las operaciones de seguridad israelíes en la región, que se centran en la prevención de infiltraciones de terroristas o de transferencias masivas de armas, se derivan de las prácticas aceptadas de legítima defensa y de conformidad con acuerdos firmados entre la ANP e Israel. Desde enero de 2009, los dos barcos que trataron de violar el bloqueo naval han sido detenidos de conformidad con el derecho internacional, y las mercancías a bordo han sido transferidas a la Franja de Gaza, a través de los canales terrestres existentes. Una oferta similar se les ha extendido a los organizadores de la flotilla, quienes la desestimaron sumariamente, lo que refleja los objetivos de provocación de la misma”.
El día anterior al desenlace trágico acaecido en una de las naves de la flotilla, generado por los peculiares pacifistas, que arrojó un saldo provisorio de diez muertos entre los viajeros del barco turco y varios soldados israelíes heridos, la emisora qatarí Al Jazeera TV exhibió vídeos con imágenes y audio, que permitían columbrar lo que vendría, al mostrar a pasajeros coreando consignas de batalla islámicas e invocando a la matanza de judíos, como la realizada en Kahibar por el profeta Mahoma en 628 E.C. "(Recuerda) Khaibar, Khaibar, oh judíos ¡El ejército de Mahoma volverá!” Khaibar es el nombre del último pueblo judío derrotado por el ejército de Mahoma. Muchos hebreos fueron asesinados en esa batalla, que marcó el fin de la presencia judía en Arabia. Hay musulmanes que ven ese episodio como un precursor de futuras guerras contra los judíos. En las reuniones y mítines de los terroristas, ese canto se oye a menudo como una amenaza a los judíos, y una esperanza para que éstos sean derrotados y muertos nuevamente por los islamistas.
Al-Jazeera también entrevistó a una mujer musulmana quien dijo que el objetivo de los participantes de la flotilla tendría "uno de los dos finales felices: o martirio o llegar a Gaza". La emisora también informó que muchos de los integrantes de la flotilla anunciaron que iban a aplicar la Mukawama, (Resistencia) término árabe utilizado por los palestinos para referirse a todo acto de violencia contra Israel, incluyendo el terrorismo suicida.
De esa declaración, surge inequívocamente que la intención de muchos de los tripulantes de las embarcaciones, los turcos radicales en particular, tenían previsto inmolarse como los suicidas que usan cinturones con explosivos, con la diferencia que en este caso preferirían ser ultimados por los israelíes y lograr, con esa victimización, colocar a Israel en el papel del villano que ataca a los altruistas que pretenden llevar ayuda humanitaria a los sufridos habitantes de Gaza. Al respecto es necesario enfatizar que en la Franja de Gaza no existe ningún tipo de carencia de alimentos, suministros básicos ni medicamentos, y menos aún crisis humanitaria. Sólo se evita el contrabando de armas y se bloquean los cargamentos con cemento y otros materiales que puedan ser utilizados por el Hamas para la construcción de Bunkers y refugios para los terroristas. A pesar que la propaganda goebbeliana de los palestinos, es conocida como Pallywood, por sus producciones y montajes, la prensa mundial, casi unánimemente, en consonancia con la mayoría de los naciones, las ONG de izquierda, y por supuesto también la ONU, cooptada por sus integrantes islámicos, condenó inmediatamente el accionar de Israel, dándole crédito a la versión maniquea y distorsionada de los pasajeros y tripulantes de las naves, sin aguardar el descargo del Estado judío. Se pudo observar en filmaciones que mientras los soldados israelíes descendían con sogas a uno de los barcos, eran golpeados con barras de acero, acuchillados luego, y posteriormente atacados a tiros con una pistola arrebatada a uno de los marinos. Evidentemente, la Inteligencia de Israel falló al creer que se toparía con pacifistas con los que podría dialogar, ese fue el motivo por el cual los comandos no llevaban armas adecuadas para enfrentarse a los jihadistas que los aguardaban, en su mayoría turcos integrantes de la organización IHH, (Insani Yardim Vakfi) ligada a Hamas, enviados por el cada vez más radicalizado Recep Tayyip Erdogan, fervoroso defensor junto con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, de la República Islámica de Irán. Los desprevenidos soldados, sólo portaban armas cortas que debieron utilizar como medida extrema para defender sus vidas y no ser linchados como lo fueron los dos reservistas del IDF, el 11 de octubre del 2000 en Ramallah.
No obstante Israel conocía de antemano que muchos de los que integraban la dotación de la flotilla, eran extremistas, le hizo el juego a la provocación de los mismos, convirtiéndolos en víctimas. Se conjetura que en virtud de su capacidad militar, le hubiera resultado más fácil a Israel en lugar de arriesgar a sus soldados, y evitar la segura crítica internacional, enviar un equipo de buzos para averiar o inmovilizar las hélices de los barcos, o utilizar neutralizadores de radar que hubiesen dificultado la navegación de la flotilla y frustrar su llegada a Gaza. Una profunda autocrítica y revisión de lo actuado, sería conveniente para establecer o deslindar responsabilidades metodológicas o equivocaciones estratégicas de sus mandos.
El error de apreciación de Israel, al caer en la emboscada que le tendieron, desató una campaña internacional en su contra, análoga en su virulencia a la provocada por la Guerra de Gaza.
Contemporáneamente, otra vez aparece la fatigada y recurrente figura del chivo emisario, encarnado en el judío o Israel, para que numerosos países disimulen sus miserias. La crisis económica global, la corrupción, el latrocinio, los desocupados, el hambre, quedan rezagados temporalmente por la supuesta agresión de Israel, o masacre, como prefieren denominar los contumaces propagandistas palestinos que lograron su objetivo. Por eso, la conducta del Estado de Israel, condenado instantáneamente, sin tener casi derecho a defensa, merece ser titular de las portadas de los diarios de todo el hemisferio, al menos, hasta que comience la Copa Mundial de fútbol 2010 y el mundo cínico, tenga más circo, pero poco pan.

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