jueves, 3 de junio de 2010

Yitzhak Aharonovitch


Foto: Veintitrés Internacional
29-04-2010 / La Conferencia en la Argentina del ministro de seguridad interior de Israel.
La última Navidad concluyó con lo que los norteamericanos denominaron “El milagro de la Navidad”. El milagro fue el fracaso de un terrorista de hacer estallar un avión de pasajeros a raíz de un desperfecto técnico.

La última década fue la más difícil y dura en la historia del terrorismo. Hace cinco años en Londres fueron asesinadas 50 personas y más de 700 resultaron heridas en los atentados terroristas en los sistemas de transporte público del subterráneo. Un año antes, en marzo 2004, alrededor de doscientas personas fueron asesinadas y dos mil aproximadamente heridas en atentados también en los trenes, allí en Madrid.

En Bali, en Indonesia, en octubre de 2002 fueron asesinadas cerca de doscientas personas y cientos fueron heridos, la mayoría de los heridos fueron turistas de Estados Unidos, de Alemania, de Australia y de otras naciones.

Tres mil personas fueron asesinadas en los atentados del 11 de septiembre de 2001, el hecho terrorista más grave en toda la historia.

En Israel, en los primeros tres años de la Intifada, años 2001, 2002 y 2003, fueron asesinados novecientos israelíes como consecuencia de atentados terroristas y miles resultaron heridos.
Aquí, en la Argentina, en Buenos Aires, dos atentados terroristas –1992 y 1994– con el saldo de 114 víctimas y cientos de heridos.

La segunda mitad de esta década fue un tanto distinta. Las naciones de Occidente han invertido múltiples recursos en el desarrollo de capacidades para incrementar la seguridad personal e ingresaron en una etapa en la cual se colocó la impronta del término “seguridad interior”. En esta etapa hubo una reducción en el éxito de las organizaciones terroristas para llevar adelante lo que se denomina “megaatentados”, y queda la impresión de que se habla de una etapa en la cual comienza a darse un giro en todo lo concerniente a la lucha antiterrorista y al debilitamiento de su poderío.
Pero conjuntamente con esto, no nos olvidamos de los atentados terroristas en Bombay, en la India, hace un año y medio.

A partir de mi experiencia a lo largo de estos años, ocupándome de la seguridad interior, en lo concerniente a la fuerza policial y a la imposición de la ley, y la lucha antiterrorista, las organizaciones terroristas no tienen, realmente, un proyecto estratégico para perpetrar atentados, ellos realizan estos atentados en el momento en que se unen, para ellos, la capacidad y la oportunidad de perpetrar ese atentado. Pero lo que en realidad les otorga a las organizaciones terroristas su base de operatividad son esas naciones que le dan el auspicio y el padrinazgo al terrorismo, que todos conocemos a lo largo de estos años, como son Libia, Afganistán, Siria, Irak e Irán, y a partir de esa ayuda se llevaron adelante, o todavía existen estas organizaciones terroristas.
La potencia de los atentados y alcance de los afectados en los primeros años del siglo XXI nos han proporcionado cierta alegría a todos nosotros, a partir de un operativo rápido, pero más que esto, muy efectivo de un número de naciones democráticas, como Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Polonia, España, Italia y otras naciones, contra las organizaciones terroristas y contra esas naciones que han optado por darle el auspicio a ese terrorismo. Este proceso ha permitido quitar del círculo del terrorismo a naciones que le han dado apoyo significativo y muy importante, entre ellas Irak, Libia y una parte nada despreciable de Afganistán, que salieron de este círculo del terrorismo y que de alguna manera salieron de este centro focalizado del terrorismo.

Esta es la causa central, sino la única, para la reducción del alcance de los atentados terroristas en el mundo y esta es también la principal causa de la reducción del alcance de estos atentados.
Queda hoy, tan sólo, una nación terrorista saliente y líder en el mundo, y es Irán, y al lado de ellas algunas naciones más anexas que dependen de sus bondades. El involucramiento oficial de Irán en el terrorismo internacional ha recibido la expresión significativa, y más que significativa, en la declaración muy valiente del gobierno argentino al decir que Irán es responsable directo de los atentados perpetrados aquí, en Buenos Aires, en 1992 y 1994, y tengo la esperanza y expectativa de que termine confirmándose todo esto, atentados en los cuales fueron asesinadas cerca de ciento veinte personas y fueron heridos cientos de seres humanos. Irán sigue todavía impulsando esto en el día de hoy.

Irán sigue impulsando esto en el día de hoy a regímenes como Siria y el Líbano, que continúan y le dan cabida en sus tierras al terrorismo. El Líbano, allí todavía es más destacado, cuando se ve la imagen de alojamiento que le da ese país a la organización asesina Hezbollah, que a mi criterio es la organización terrorista más grande, hoy, en el mundo y de hecho se la puede denominar el ejército terrorista más importante del mundo.

Irán utilizó, e Irán todavía utiliza, a Hezbollah como el brazo de avanzada para perpetrar atentados a lo largo y ancho del mundo contra todo aquel que es identificado por Irán como su enemigo.
El impacto de esta capacidad terrorista de Irán es un requisito mundial de primer grado. El armamento nuclear que Irán está desarrollando, y también el hecho de ser el Estado terrorista líder del mundo. Debemos recordar que el armamento nuclear en manos de un Estado que tiene un pensamiento terrorista es una combinación mortal. También una nación vecina, Siria, que aloja desde hace tiempo, que le da cabida desde hace muchos años a la comandancia del terrorismo de Hamas, de la Jihad Islámica y de organizaciones terroristas palestinas.

Quiero abordar otro punto importante y agregarlo: “Un terrorismo que cambia y un mundo que cambia”.

Las personas que perpetran el terrorismo nos imponen desafíos que nos obligan a nosotros a estudiar. Estos terroristas no son primitivos, ellos controlan diversas y múltiples disciplinas y aprovechan de manera táctica y de manera estratégica todo punto débil en la sociedad democrática y en nuestra capacidad para confrontar con ellos. La lucha no es bilateral. Cuando yo estoy aquí con ustedes esta mañana, no estoy aquí solo. Están aquí, junto a mí, oficiales, policías y soldados que realizan tareas durante 24 horas, operaciones que tienen que ver con alerta y disuasión, consignas de aprendizaje y estudio, consignas para identificar racionalmente al enemigo e intentar encontrar sus puntos débiles: cómo defendernos de él, y más aún, cómo golpearlo antes que él nos vuelva a herir.

Nosotros vemos tres dimensiones de operatividad y amenaza contra el Estado de Israel. Estoy convencido de que también esta situación, o similar a ella, se da en la mayoría de los países democráticos del mundo. Lo más peligroso son las amenazas a través del armamento de exterminio masivo. Hoy se ocupa de ello Irán, se ocupan también Siria y Corea del Norte. Pero la posibilidad de que se ocupen también organizaciones terroristas está todo el tiempo latente ante nosotros. No estamos exentos de la necesidad de prepararnos para una guerra convencional tradicional: tanques, aviones, submarinos, misiles, todavía son y conforman una amenaza significativa sobre el Estado de Israel, y por supuesto el terrorismo, como dije, una parte inseparable de las amenazas contra el Estado de Israel.

Vemos hoy en organizaciones no estatales, como Al Qaeda, que se esparcen en todas las naciones. Al Qaeda es un ejemplo de organización terrorista clásica, pero cuando clasifico hoy las amenazas terroristas sobre el Estado de Israel, Al Qaeda no se encuentra en el primer lugar y tampoco en el segundo lugar. El terrorismo sobre el Estado de Israel, su fuente, su origen y su fortalecimiento y potencial vienen del apoyo político.

Tenemos un modelo más, el modelo de Hezbollah. Una organización terrorista única en el mundo que tiene misiles balísticos. Una organización terrorista que tiene características, que se van incrementando, de ejército de Estado. Conjuntamente con ello desde su operatividad y accionar, por supuesto, los principios sobre el cual está constituido: por ciertos principios de guerra en los cuales atacan a civiles. Esos son los principios básicos de la organización terrorista.

Considero que el señor intendente de la ciudad de Haifa hará mención luego, en su alocución, a los daños y perjuicios sufridos por la ciudad de Haifa como consecuencia de los misiles caídos y que fueron absorbidos por esa ciudad durante la Segunda Guerra del Líbano. Yo voy a continuar con los lineamientos genéricos y él luego se extenderá en la materia.

Otro ejemplo interesante es Hamas. Más que Hezbollah, Hamas es una organización terrorista que tiene un Estado, esto abre ante nosotros las posibilidades nuevas cuando estamos luchando contra el terrorismo. Por eso, sobre esa misma base quisiera yo enfocar este tema sobre dos ejes, que a mi criterio son muy importantes.

Uno es el eje hacia el horizonte, a largo plazo, el que va del terrorismo clásico al terrorismo que va tomando y revirtiendo en una forma de ejército, una forma de Estado. Se puede ver a Hezbollah que oscila de izquierda a derecha, comenzó como una organización terrorista pequeña con muy baja adhesión, una organización civil que activa por detrás de los ciudadanos, que ataca a los civiles y que hoy se va invistiendo de dimensiones de ejército. Un ejército ordenado con unidades, con comandancias y con elementos bélicos de cualquier ordenado.

El segundo eje, en él trazo un línea entre urbanización y Estado, y como dije Al Qaeda tal vez con las aspiraciones a hacer un imperio islámico mundial. Para nuestro beneplácito todavía no ha coronado eso con éxito y como dije, Hamas específicamente luego de haber logrado el triunfo en las elecciones y luego de tomar el poder con la fuerza en la Franja de Gaza refleja hoy, de hecho, un Estado que es íntegramente una organización terroristas. [Aclara el señor ministro: no pone en peligro la existencia de Israel pero cada tanto activa ataques contra nuestro territorio.]

No se puede enfrentar al terrorismo sin comprender su ideología, y cuando yo hoy observo las amenazas sobre el Estado de Israel, todas están basadas en un principio muy, muy claro: la no conciliación contundente con la existencia del Estado de Israel. Ellos creen que D’s está con ellos, en el caso de ellos, Alá.

Quiero agregar y poner en evidencia el hecho de que tiene a su disposición el terrorismo hoy, recursos económicos casi ilimitados. El precio del petróleo –ustedes saben muy bien a qué medidas ha llegado últimamente– les posibilita a las naciones como Irán subsidiar el terrorismo de manera que el dinero no es una limitación.

El enfrentar la cuestión del dinero es una parte inseparable de la lucha antiterrorista y la capacidad para frenar esos dineros es una capacidad muy difícil de lograr hoy para el mundo democrático pero es una parte inseparable de esta contienda contra el terrorismo.

El terrorismo nos impone una guerra asimétrica, pero eso implica una conferencia en sí misma. Está claro que esta asimetría que el terrorismo activa no es sólo a través de los elementos de guerra, eso a mi criterio es menos importante. La asimetría a la cual debemos prestarle mucha atención es la asimetría en sus objetivos, en los principios, en las normas del combate.

Yo pienso, tal como describí hasta aquí, que la llave clave para dirigir a la policía frente a estos desafíos descriptos es, de hecho, la flexibilidad y la creación de un balance dinámico, de equilibrio dinámico, entre la amenaza del terrorismo sobre el Estado de Israel, tal vez el terrorismo internacional, entre este orden nacional y el crimen, como un tema central, para el Estado de Israel.

A modo de corolario, el mensaje importante para todos nosotros es que la mayoría de las tendencias que amenazan hoy al mundo occidental, tal como dije, no son de alguna manera correspondidas a todos. En un esfuerzo conjunto y necesario podremos reducir la violencia y atenuar, también, la efectividad de los círculos y factores radicales, debilitar al Islam radical extremista y vencer al terrorismo. Todavía no hemos hecho esto.

Debemos impedir la propagación del armamento nuclear y que el mismo llegue a manos no responsables. Confrontar y luchar con estas tendencias demográficas del mundo que van a influir sobre todos nosotros y responder a este desafío del crimen a través de proyectos como hemos desarrollado en Israel, con notable éxito en algunas ciudades donde se logró descender decenas de porcentajes los hechos delictivos con el nombre de “ciudad sin violencia”, y una ciudad segura para también afrontar el fenómeno del terrorismo.

Yo tengo fe de que un liderazgo, de que una correcta y acertada inversión en personas y en la sociedad, en esta corresponsabilidad que tenemos entre organizaciones y Estados es la respuesta central a las amenazas que hay delante nuestro, y la llave real, verdadera, para poder mejorar la calidad de nuestras vidas y las vidas de nuestros hijos en el futuro

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.