viernes, 2 de julio de 2010

OTRA PUNTADA: LOS DERECHOS DE NADRA QUE SE JODAN


By SARAH HONIG
07/23/2010

Para protegerla la llamaremos Nadra.
Ella viene de una gran ciudad arabe en la region Sharon y solía ser tan moderna, conciente de la moda y alegre como mi hija. Las dos se conocieron mientras trabajaban en uno de los centros comerciales cercanos. Fue hace unos años. Nadra siempre hizo los cambios de los sabados debido a que como musulmana, ella salvaba los dolores de cabeza legales del empleador. Era un acuerdo mutuamente beneficioso y Nadra recibia doble paga.
Nosotros la conocimos con pantalones vaqueros, lindos strapless y un surtido de peinados llamativos.
Con el tiempo Nadra se abrio con mi hija y le reveló que sus padres, aparentemente no tradicionales y ciertamente no fanáticos islámicos, habían encontrado un posible marido para ella en Jordania y planeaban casarla allí.
Nadra estaba fuera de sí. Ella no quería ir porque "cuando salgo de mi pueblo, soy un ser humano libre en Israel.
Mi vida en Jordania no tendría nada que ver con esta aquí. Tendría que cambiar todos mis hábitos, mi aspecto y volverme mansa y obediente. Me moriria por dentro. "
Con el tiempo las niñas fueron a otros lugares.
Un día, al salir del supermercado, alguien nos llamó por nuestros nombres. Era Nadra. Apenas la reconocimos.
A pesar de la sofocante humedad de julio, Nadra estaba envuelta en un hijab, el pañuelo que envuelve las cabezas de las mujeres musulmanas - las orejas incluidas - que envuelve bien el cuello y llega hasta los hombros.
Nadra nos puso al dia rapidamente. Ella evitó al partido de Jordania y convenció a sus padres de aceptar al chico de al lado, dificilmente del tipo religioso y un espíritu tan libre como era ella. Comenzó bien.
Antes de que tuviéramos la oportunidad de comentar sobre su ajustado y obviamente incómodo tocado, ella casi apologeticamente y medio avergonzada, señaló las capas de tela que parecían asfixiarla bajo el sol abrasador.
"Me atraparon. Cayeron sobre mí ", entonó con una irónica y lánguida sonrisa.
Al principio su esposo fue insultado por dejar que su esposa desfilara "promiscua, como una judía."
Luego la llamaban puta cada vez que caminaba por la calle principal. Ella fue acosada en el autobús. Tanto ella como su marido fueron amenazados con violencia física. La gota que ha colmo sus espaldas fueron las crecientes burlas, desprecios e intimidaciones sufridas por sus sobrinas y sobrinos en la escuela e incluso por sus hijos pequeños en la guardería y en el patio de recreo.
"Yo estaba marcada como una mujer caída. Incluso si quisiera pelear, no podría avergonzar a toda mi familia, el negocio de mis padres se hundia en la ruina por culpa mía. Así que me rendi. Estoy sofocada por el hijab, mientras mi esposo, padre y hermanos respiran libremente y permanecen frescos ... No me gusta esto, pero tengo miedo ", confesó.
"No puedo creer que esto es Israel, donde la mujeres viven como las mujeres lo hacen en Occidente. Yo solía quitarme el hijab fuera de la ciudad, pero mis vecinos vienen aquí también. Están por todo el lugar. La gente me ve. menean las lenguas."
NADRA NO se quedaría mucho tiempo.
Sobreacalorada, corrió a su auto y encendió el aire acondicionado. Ella dijo que tenía que darse prisa para llegar a casa para que su marido no se enojara. Su matrimonio relativamente igualitario ya no es lo que era: "Mi marido está envalentonado por mi sometimiento forzado al hijab. Mi humillación es el poder masculino en el trabajo y el esta envalentonado. Él no es devoto pero es mandon. He perdido el status y, si sé lo que es bueno para mí, será mejor ser respetuosa y obediente ahora. "
Como su último comentario Nadra agregó que su único consuelo es que "no es tan malo como puede ser. Por lo menos tengo un coche y estoy autorizada a conducir, lo que es mejor que en Arabia Saudita. Pero va a empeorar aquí también. El niqab está por venir. Esta lentamnte haciendose cumplir todo alrededor de mi barrio ".
Para aquellos no familiarizados con el idioma vernáculo de Nadra, el niqab significa en árabe 'máscara' y denota un velo que cubre la cara de una mujer. El medio-niqab se ata alrededor de la cara en combinación con el hijab y sólo deja los ojos y parte de la frente visible. El niqab completo cubre toda la cabeza, dejando sólo estrechas rendijas oculares. Una variación de niqab completo es una longitud de carpa de tela que cubre todo el cuerpo, similar a lo que se conoce en Occidente por el nombre afgano, burka.
Los niqabs completos son cada vez más perceptibles en todo Israel. Estamos empezando a verlos incluso en ciudades mixtas como Jaffa y Lod, donde las mujeres añaden los guantes hasta el codo (a mediados de verano) para ocultar cualquier posible parte de la piel. El niqab está haciendo su debut gradual en varios centros de la zona de Sharon y vías centrales.
Nadra tiene razón. Es probable que se propague. Es sobre todo una declaración política. No muchas décadas atrás, los hombres árabes se distinguían por el keffiyeh, mientras que las mujeres árabes no rurales vestian cada vez más de la forma europea. Con el predominio de Hamas, sin embargo, el hijab se convirtió en un simbolo nacional/religioso de identidad.
Esta moda militante puede haber comenzado como un consciente pito catalan a los judios del país, pero a partir de ahí fue una transición rápida a la coacción que describe Nadra. No todas las mujeres israelíes árabes son progresistas como Nadra, ni se sienten tan oprimidas como ella lo hace, pero muchas son tan intimidadas.
Pensé en Nadra después que la Camara Baja del parlamento frances la semana pasada aprobó por abrumadora mayoría una prohibición de velos y las coberturas faciales en todos los lugares publicos. La legislación francesa se dirige también a los maridos y padres.
Cualquier persona condenada por coaccionar a las mujeres para vestir prendas restrictivas se arriesga a un año en prision y una multa, con ambas penalidades duplicadas si la victima es menor de edad.
Los belgas se les ganaron a los franceses por dos meses y medio cuando prohibieron llevar cualquier tunica en público que evite el reconocimiento facial. Violar este código puede significar el encarcelamiento y multas. Ni el niqab o burqa son mencionados específicamente, pero los inmigrantes musulmanes se indignaron. Los pasamontañas no proliferan en las calles europeas, los niqabs y burkas si.
Los holandeses estan preparando su propio ataque al velo. Algo similar está pendiente también aqui. La parlamentaria Marina Solodkin (Kadima) remitio la semana pasada un proyecto de ley de un miembro privado a la Kneset que copia esencialmente la ley belga.
¿Puede aprobarse aquí? Apenas con certeza y ciertamente no con la presteza de Francia y Bélgica. Por otra parte, nuestro Tribunal Supremo lo anulara tan pronto como sea promulgado.
Las inclinaciones locales más papistas que el papa e incurables proclividades politicamente correctas son preparadas para la acometida. Los formadores de opinion de Izquierda no perdieron tiempo en burlarse de las preocupaciones de seguridad de Solodkin (los terroristas pueden esconderse bajo burkas). Pocos recuerdan que tales ropajes permitireron al colaborador de Hitler, el Mufti de Jerusalem Haj Amin el-Husseini, huir en la Segunda Guerra Mundial y llegar a Berlín, donde reclutó a musulmanes para la SS. Pero en realidad a ellos no les importa un comino.
Los autodesignados guardianes de nuestra conciencia colectiva ya obtienen demasiado de un saque de poner en la picota a Solodkin en nombre de los derechos humanos, los derechos de Nadra que se jodan.
Fuente: The Jerusalem Post

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