miércoles, 6 de octubre de 2010

.Erich Priebke -

El ex oficial de la Gestapo Erich Priebke, capturado en Bariloche en 1994 y condenado en Italia a cadena perpetua como uno de los verdugos nazis de 335 italianos en Roma, en 1944, es quizás, a los 97 años, el preso más viejo del mundo . Está bajo arresto domiciliario por su avanzada edad pero, según se supo ayer, sale a la calle escoltado por la policía para ir a misa, al supermercado, a la farmacia y a satisfacer “las exigencias indispensables de la vida” .

Priebke se refugió en la Argentina con su familia poco después de la Segunda Guerra Mundial tras escapar de un campo de concentración inglés. Se radicó en Bariloche.

Su abogado Paolo Giachini, en cuyo domilicio romano reside Erich Priebke manifestó que su defendido “ desde hace un año goza de estos permisos por la aplicación del código de procedimientos penales”.

La noticia fue hasta ahora reservada pero el abogado Giachini decidió ayer divulgarla “para evitar instrumentalizaciones”.

El patrocinador de Priebke protestó porque el ex oficial de la Gestapo debe avisar con 36 horas de anticipación cuando quiere salir y es constantemente escoltado por la policía.

El abogado dijo que Priebke sale a la calle porque la persona que le hacía los trámites fuera del arresto domiciliario “ya no puede ayudarlo porque tiene problemas de salud”.

“Por eso pedimos al Tribunal Militar de Vigilancia que aplique lo que prevé la ley en estos casos”.

Algunas fotos muestran a Priebke por la calle, en un supermercado y haciendo compras en una farmacia.

La custodia policial se explica también por el temor de que alguna persona agreda a Priebke, aunque el abogado dijo que “no creo que nadie tenga deseos de acciones violentas contra un anciano de casi cien años”.

Giachini dijo que la permanente vigilancia policial “es un abuso” porque “ni en la Iglesia puede rezar solo”.

Erich Priebke era un oficial de las SS en Roma y fue el encargado con otros miembros de la Gestapo de asesinar a 335 italianos como represalia por un atentado en el centro de Roma que costó la vida a 33 soldados alemanes en 1944.

El estrago se consumó unos meses antes de la liberación de Roma por los aliados en unas cuevas sobre la vía Ardea, llamadas Fosas Ardeatinas. Las víctimas, en buena parte judíos romanos, fueron capturadas por los ocupantes alemanes en sus casas , en la calle y hasta en la prisión romana de Regina Coeli para cumplir una orden que venía personalmente de Adolf Hitler.

El presidente de la comunidad judía romana, Ricardo Pacifici, comentó que “estamos asistiendo a una ridícula farsa en la aplicación del derecho en nuestro país ”. Pacifici comentó que Priebke incluso pidió autorización para ir de vacaciones fuera de Roma, y reclamó que el ministro de Justicia “aplique con rigor el arresto domiciliario, porque los crímenes contra la humanidad no prescriben”.
CLARIN

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