jueves, 28 de octubre de 2010

Perseguidos- Los testimonios del Horror (Desaparecidos judios en Argentina)-



Mano: "Pero un día vinieron Ellos. Nos vencieron, y para que quedáramos para siempre domesticados nos insertaron la glándula del terror. Nos sacaron de nuestro planeta y nos llevaron a lejanos mundos..."
Juan Salvo: "¿Quienes son Ellos, ¿Mano?" Mano: "Ellos son el odio...
Héctor Germán Oesterheld – El Eternauta (1969)


Los desaparecidos son eso, desaparecidos; no están ni vivos ni muertos; están desaparecidos”, advirtió en su momento Jorge Rafael Videla; Argentina puede hacer el miserable alarde de ser el lugar de origen de la “picana eléctrica “ , invento argentino utilizado ya en los años 30 del siglo XX como “ instrumento para acelerar las interrogaciones " de activistas opositores al dictador Uriburu. Pero la dictadura de las Juntas alcanzo niveles de sadismo difíciles de describir, fruto de un plan ideológico de destrucción, secuestro, tortura y asesinato de miles de civiles, demostrando una vez más la creatividad del autoritarismo argentino.


Miles de familiares, recorrieron campos militares y comisarias en una peregrinación desesperada en busca de noticias sobre sus seres queridos.
Testimonio de la Sra. Lewin, Beatriz, madre de Jorge Marcelo Dyszel y suegra, de Mirta Schwalb ; Comisión Israelí por los Desaparecidos Judíos en Argentina , Septiembre de 2001 :


…” El 18 de mayo de 1978, a las 12 de la noche, cuando ellos estaban es su departamento en el barrio de La Paternal, vinieron un grupo de personas vestidas de civil, tocaron el timbre al portero, invocaron que eran policías de la federal que venían por un tema de drogas. Se hicieron acompañar al 1º piso donde vivía esta pareja. Tocaron el timbre y tuvieron que abrir ellos; pasaron todo este grupo de delincuentes, estuvieron varias horas adentro, le habían dicho al portero que no avisara a nadie, que no mirara nada. Unas horas después nos contó el portero que miró por la mirilla de su departamento que salieron con la pareja encapuchada con las manos atrás, con cadenas, tenían un perro, lo llevaron con ellos y llevaban valijas y bolsos con todo lo que podían llevar del departamento… Ahí empezó esta búsqueda, primero fuimos a hacer la denuncia en la comisaría, dijeron que no sabían nada, que fuéramos al departamento central de policía, sección drogas y ahí dijeron también que no sabían nada. Entonces no sabíamos qué hacer, porque no sabíamos cuál era la magnitud de esto que estaba pasando en Buenos Aires…”
… esa semana cuando se llevaron a mi hijo y a mi nuera, hubo como ocho o diez chicos judíos desaparecidos nosotros nos reunimos con los padres y entonces hicimos un grupo de padres judíos, fuimos a la embajada, a la AMIA, pero no fuimos bien atendidos porque lamentablemente un poco la respuesta era la que tuvieron muchos argentinos acá, no sólo los judíos, “que va ser”, “por algo habrá sido”. No hubo un compromiso de la comunidad para ayudarnos, yo reconozco que había mucho miedo, mucho terror…”


El secuestro mantiene características similares en la mayoría de los casos. Un grupo formado por varios hombres armados, la irrupción violenta, la capucha, el Falcon, el campo...
El periodista Jacobo Timerman, narro así el momento del secuestro:


... "En la madrugada del 15 de abril de 1977, unas 20 personas de civil asaltaron mi departamento en el centro de la ciudad de Buenos Aires...
... Al dia siguiente mi esposa busco informaciones en el Primer Cuerpo del Ejercito y le informaron que nada sabían de mi paradero...
Arrancaron las líneas telefónicas... Me esposaron por la espalda ... Me cubrieron con la manta ... Me pusieron los pies encima ...
... Nadie hablaba. Llegamos a un lugar. Se abrieron unos portones. Chirriaban... Perros ladraban muy cerca. Alguien dijo: "Me siento realizado." Me bajaron. Me acostaron en el suelo..."

(Timerman, J. - 1981: 9-10)

La pérdida de la identidad y de la condición humana, formó parte esencial de la práctica del sistema criminal.

La investigadora Seoane, M. escribe:


"
... La negación de piedad fue una regla de la represión ilegal porque no se buscaba la obediencia de los opositores sino el exterminio...
(Seoane, M -2004: 141)
El sistema de exterminio ya estaba preparado y organizado vísperas del golpe. Listas negras ya estaban escritas, equipos secuestradores reclutados, los campos clandestinos a la espera de tragarse las víctimas... No hubo errores, estos no fueron casos particulares, individuales. Fue una planificación precisa y deliberada.

"... El universo binario de los centros clandestinos sólo existían las " fuerzas propias "(los represores) y "otro, el extraño, el enemigo, el subversivo, el judío..."
(Seoane, M - 2004: 142-143)

El secuestro fue sólo la puerta de entrada al infierno.


POR ESTELA TEIELBAUM

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