domingo, 19 de diciembre de 2010

DERROCANDO A BIBI

By CAROLINE B. GLICK
12/17/2010

Durante la semana pasada, dos escritores publicaron columnas en periódicos extranjeros. Uno recibió una cobertura de doble página en
Israel. El otro fue completamente ignorado. Las fortunas contrastantes de los artículos son una clave para comprender los desafíos centrales para el orden democrático de Israel.
El viernes pasado, Saeb Erekat, jefe negociador de paz de la Autoridad Palestina con Israel, publicó un artículo de opinión en el diario británico The Guardian en el cual declaró la guerra eterna contra el estado judío. Esto lo hizo afirmando que cualquier acuerdo de paz entre Israel y los palestinos que no permita la inmigración de unos 7 millones de árabes extranjeros a Israel será "completamente insostenible."
Así que en lo que respecta al supuestamente moderado jefe negociador palestino, un acuerdo de paz en el cual Israel ceda Judea y Samaria y Jerusalem a los palestinos como desea la Izquierda israelí, no será suficiente para los palestinos.
A menos que Israel también esté de acuerdo en cometer suicidio nacional al aceptar 7.000.000 de árabes extranjeros como ciudadanos, los palestinos continuarán su guerra. Así que con o sin un estado palestino, mientras Israel exista, los palestinos continuarán buscando su destrucción.
El segundo artículo fue la última columna de Tom Friedman en el The New York Times. A lo largo de su interminable carrera, Friedman se ha identificado con la Izquierda radical de Israel y así fue la pesadilla de todos los gobiernos no izquierdistas.
En su último rollo, el comparó al Primer Ministro Binyamin Netanyahu con alguien en medio de las angustias de un un viaje de LSD. Friedman arengó a Netanyahu por no lograr convencer a su gabinete de aceptar la demanda del gobierno de Obama de abrogar los derechos de propiedad judía en Judea, Samaria y Jerusalem por otros 90 días. El argumentó que, al hacerlo, Israel - con alguna ayuda de los palestinos - está destruyendo toda posibilidad de paz.
Así, por una parte, el jefe negociador palestino, declaró la guerra eterna. Y por otro lado, Friedman condenó a Netanyahu - por millonesima vez.
Y característicamente, los medios israelíes ignoraron el artículo de Erekat, y le dieron a los rollos de Friedman cobertura de 24 horas.
A PESAR DE SU histeria, los medios de comunicación no han engañado a la opinión pública. El pueblo israelí no tiene que escuchar la declaración de guerra de Erekat para saber que el partido Fatah, supuestamente moderado, está tan comprometido con la destrucción de Israel como Hamas. Los israelíes saben que la mayoría de los ataques terroristas llevados a cabo por los palestinos desde el año 2000 han sido llevados a cabo por Fatah. Ellos saben que los servicios de seguridad palestinos financiados y entrenados por EEUU y la Union Europea ordenaron la jihad palestina que comenzó en el año 2000. Ellos saben que Fatah está detrás de gran parte de la guerra política que se está llevando a cabo hoy contra Israel en todo el mundo.
La disparidad entre el público y los medios de comunicación llega muy claramente en una encuesta divulgada la semana pasada por la Institución Brookings. Un mero 8% de los israelíes creen que Israel y los palestinos lograrán una paz duradera en los próximos cinco años. El 91% de los judíos de Israel y el 88% de los árabes israelíes piensan o que se necesita más tiempo o que nunca habrá paz.
A pesar de los sentimientos del público, hay una clase de líderes israelíes que actúa como si la paz estuviera justo a la vuelta de la esquina y que el público espera que ellos la entreguen. No a diferencia de Friedman, en su mayor parte estos políticos sostienen que el gobierno israelí carga o la responsabilidad única o la parte del león de la responsabilidad por la falta de paz. En consecuencia, ellos argumentan que todo lo que se requiere para alcanzar la paz es un líder israelí dispuesto a hacer lo que se necesita para que esto ocurra.
El fin de semana, la líder de la oposición, Tzipi Livni, y el ministro de Defensa y líder del Partido Avodá, Ehud Barak, estuvieron en Washington para el cónclave anual de proceso de paz en Oriente Medio del Foro Saban de la Institución Brookings. En sus discursos ante el foro y en las entrevistas con los medios de comunicación, los políticos siguieron el ejemplo de los medios de comunicación de Israel ignorando a Erekat, y repitiendo como loros a Friedman.
Barak rechazó descaradamente las políticas del gobierno al que el sirve pidiendo la división de Jerusalem en el marco de un acuerdo final de paz con Israel.
En cuanto a Livni, ella evitó toda apariencia de propiedad durante su estancia en la capital americana. Durante una aparición conjunta en Esta Semana de ABC con el no electo primer ministro palestino, Salam Fayyad, Livni atacó brutalmente al gobierno de Netanyahu.
Livni criticó a Netanyahu por no aceptar el llamado del gobierno de Obama para abrogar los derechos de propiedad judía. Ella lo atacó por no formar un gobierno de Izquierda con Kadima y Avodá. Ella dejó en claro que no cree que Netanyahu esté interesado en la paz.
Haciéndose eco de la afirmación de Barak en el Foro Saban que ser un sionista significa apoyar un estado palestino, Livni afirmó que rindiendose ante los palestinos, y aceptando todas las exigencias de EEUU, Israel está avanzando en sus propios intereses existenciales.
Sobre el llamado tema de los refugiados palestinos, mientras estipulaba que Israel no podía aceptar la inmigración de árabes extranjeros dentro de sus truncadas fronteras, no dijo nada acerca del artículo en The Guardian de Erekat. Y ella no manifestó ninguna objeción cuando Fayyad dió a entender que un compromiso palestino sobre esta cuestión no está en el horizonte. Desde la perspectiva de Livni, el único actuando de mala fe es Netanyahu.
El comportamiento de Barak y Livni no estuvo equivocado simplemente porque es falto de clase atacar al liderazgo electo de tu país mientras estás de visita en tierras extranjeras. Estuvo equivocado porque comportandose como ellos lo hicieron, demostraron extraordinaria falta de respeto por el 92% de los israelíes que no comparten su profesada creencia en que la paz está a la vuelta de la esquina.
Entonces atrás de qué estaban ellos en Washington? Por qué ellos adoptaron el punto de vista de un mero 8% del electorado, mientras trataban al 92% de sus compatriotas con desprecio? Y por qué ellos decidieron lanzar su ataque contra el gobierno desde Washington?
EN VERDAD Barak y Livni, estaban simplemente siguiendo lo que se ha convertido en el procedimiento operativo normal para los políticos de Izquierda durante los últimos 20 años.
Ellos estaban jugando para dos electorados a los que ellos aprecian mas que lo que aprecian al público.
Ellos estaban jugando para la administracion americana y para los medios de comunicación israelíes.
Barak es un veterano en este juego. Durante el primer mandato de Netanyahu como primer ministro, Barak utilizó al entonces presidente Bill Clinton para derrocar al gobierno de Netanyahu y hacerse elegir en su lugar. Después que Barak dejó en claro que sería mucho más complaciente hacia Yasser Arafat que lo que fué Netanyahu, Clinton se salió de su camino para demonizar y aislar a Netanyahu. El presionó a los socios de la coalición de Netanyahu a abandonar su gobierno.
Y cuando el gobierno de Netanyahu finalmente cayó, Clinton envió a sus estrategas de alto nivel político James Carville, Stanley Greenberg y Robert Schrum para manejar la campaña de Barak.
Desde que Netanyahu lo nombró Ministro de Defensa, Barak ha estado acumulando millas de viajero frecuente en la línea Tel Aviv-Washington. Barak viaja a Washington al menos una vez al mes. Sorprendentemente, él siempre resulta que vuelve a casa con recomendaciones en consonancia con los caprichos de la administración.
Livni fue de igual manera ricamente recompensada por su buena disposición para atacar a Netanyahu mientras estaba sentada junto a Fayyad en la televisión americana. La Secretaria de Estado, Hillary Clinton trató a Livni, como la política más apreciada en Israel. Clinton firmemente ignoró el hecho que el 91% de los israelíes piensa que las opiniones de Livni son un absoluto sinsentido. Y después de acusar a Netanyahu de no tener el valor para abrazar la causa de la paz, Clinton recibió ostentosamente a Livni durante un encuentro privado de una hora.
El Partido Kadima de Livni es una creación de los medios de comunicación. Mientras que todo otro partido político en Israel fué formado por ciudadanos que han sentido la necesidad de organizarse políticamente para dar poder a sus voces, Kadima fue el invento de los medios de comunicación. Los medios de comunicación conspiraron con dirigentes del Likud que estaban desencantados con sus votantes.
Los del tipo de Haaretz, Yedioth Ahronot y Canal 2 convencieron a estos políticos del Likud a unir fuerzas con disidentes del Partido Avodá, que también tenían desprecio por sus votantes.
Como la llegada de Barak al poder en 1999 deja en claro, el intento de los medios de comunicación por demonizar a la Derecha y socavar la alianza de Israel con EEUU con la esperanza de restaurar a la Izquierda en el poder no es nada nuevo. Pero esta semana, una sirena protagónica de los medios de comunicación fué lo suficientemente amable como para exponer toda la estrategia de los medios de comunicación para privar de sus derechos al público.
El veterano columnista de Haaretz Akiva Eldar realizó este servicio en un par de artículos publicados el martes en el Guardian y Haaretz.
Eldar fué co-autor de su artículo en The Guardian con su camarada Carlo Strenger. Fue su respuesta a la declaración de guerra eterna de Erekat. El principal mensaje de Eldar a Erekat fue que él debe mantener sus planes para sí mismo. Ciertamente, el no debe estar parloteando sobre ellos en un lugar en que el público israelí pueda verlos. Eso podría arruinar el plan entero de los medios para desacreditar al gobierno.
Eldar y Strenger regañaron, "El artículo de Erekat es decepcionante."
Él no es simplemente un ciudadano privado, sino el jefe negociador de la Autoridad Palestina, y él conoce a Israel y su dinámica interna muy bien. Él sabe que plantear el derecho al retorno en este momento juega en las manos de la Derecha de Israel: ellos podrán decir: "Nosotros siempre les dijimos: la solución de dos estados es sólo una trama palestina para incorporar al estado judío en el estado mas grande de Palestina. '" Pero entonces nuevamente, como Eldar mostró en su artículo en Haaretz, Erekat no tiene realmente nada de qué preocuparse. Eldar y sus camaradas mantendrán a la opinión pública israelí en la oscuridad acerca de la determinación de Erekat en destruir a Israel.
Ignorando completamente lo que escribió Erekat, la columna de Eldar en Haaretz comenzó donde Friedman terminó. El colocó toda la culpa de la ausencia de un proceso de paz sobre los hombros de Netanyahu. Él acusó a Netanyahu de destruir la alianza de Israel con los EEUU por no adoptar el último pedido de Obama de abrogar los derechos de propiedad judía en Judea, Samaria y Jerusalem. El luego afirmó que debido a la conducta de Netanyahu, la administración Obama ha decidido seguir tras los pasos de la administracion Clinton y derrocar a su gobierno.
Como Eldar lo dijo, "Cuando Clinton invitó recientemente a la líder de Kadima, Tzipi Livni a una reunión privada, esto significó un anuncio no oficial que la cuenta de Netanyahu en Washington ha sido cerrada."
El continuó: "Doce años atrás, cuando el marido de Hillary Clinton se dio cuenta que ... [Netanyahu] no tenía intención de honrar su firma (en el Acuerdo de Wye River con Yasser Arafat), esa fué la última parada de Netanyahu, antes de ser enviado de regreso a su villa en Cesarea."
Así que este es el juego. Los medios de comunicación y la administración americana vuelven a actuar en connivencia con el liderazgo político de la Izquierda israelí para derrocar al gobierno de Netanyahu. Ellos estan ignorando deliberadamente tanto la voluntad de los votantes de Israel como el compromiso declarado de sus "moderados" palestinos favoritos de luchar contra Israel hasta que sea destruida con el fin de culpar por la falta de paz a Netanyahu.
ESTE JUEGO puede parar. Pero dos cosas deben suceder primero.
El gobierno de Obama y el aparato de politica exterior americana que lo apoya deben pagar un precio por buscar socavar al gobierno elegido del más importante aliado estratégico de EEUU en la región. Y los votantes israelíes - que dieron a Kadima más mandatos en la Knesset que cualquier otro partido en las últimas elecciones - deben abandonar a Livni y su partido creado artificialmente.
Hasta que estas cosas comiencen a suceder, nosotros podemos esperar que nuestros medios de comunicación continúen conspirando con sus socios americanos, y con Livni y Barak, para socavar la voluntad del público.
Fuente: The Jerusalem Post- Este articulo fue traducido especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.