lunes, 13 de diciembre de 2010

NOTABLE Y CITABLE

be Greenwald, escribiendo en Commentary, Nov. 28:

Nuestra parálisis sobre Norcorea. . . . . . deja en claro una cosa: nosotros no podemos, bajo ningún motivo, permitir que Irán adquiera un arma nuclear. La única opción buena hoy es asegurar que no acabemos en "ninguna buena opción" cuando nos enfrentemos con una Republica Islamica nuclear agresiva e impredecible. Si adivinar los motivos de Kim Jong-Il, nos hace quedar como tontos, imaginense tratar de reaccionar ante un estado teocratico matón nuclear patrocinando perpetuamente el terrorismo regional y congelado en una fria revolución interna. Al igual que EE.UU. tiene la obligación de defender a los vecinos de Norcorea, tambien estamos obligados con nuestros aliados en el Medio Oriente, mas criticamente con Israel. Si la guerra en la península coreana amenaza con desestabilizar la región, imagínense lo que sucede cuando arrojan petroleo en la mezcla. Lo peor de todo es que, donde el culto de Kim es impredecible, la doctrina islamista de Khomeini no lo es. Pyongyang puede en última instancia sólo querer bienes o conversaciones o una ascendencia palaciega no restringida. Para los líderes de Teherán, sin embargo, todo es un medio para derrotar a Estados Unidos y sus aliados.
Fuente: The Wall Street Journal.

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