lunes, 11 de junio de 2012

El problema de los infiltrados ilegales

ESCRITO POR MI ENFOQUE POR DAVID MANDEL 0 COMENTARIOS Disturbios en el sur de Tel Aviv No maltraten ni opriman al extranjero, pues también ustedes fueron extranjeros en Egipto (Éxodo 22:20) La Torah repetidamente conmina a los judíos a tratar a los extranjeros con justicia y humanidad, recordándoles que también ellos tuvieron la dura experiencia de ser extranjeros en Egipto, donde, durante cuatro siglos, fueron víctimas de maltratos y cruel opresión. Desde que los romanos, hace dos milenios, después de la guerra del Siglo 1 y de la Rebelión de Bar Cojba en el Siglo 2, expulsaron a la mayoría de los judíos de la Tierra de Israel, los judíos siempre fueron considerados extranjeros en todos los países donde se establecieron, (excepto raras excepciones generalmente por breves períodos) y tratados con discriminación y dureza. Hoy, por primera vez en dos mil años, los judíos son mayoría en un Estado judío independiente, y el mandamiento de la Torah, respecto a los extranjeros que viven en Israel, es materia de un gran debate. Los judíos que viven en Israel no quieren volver a tener la amarga experiencia de ser minoría. El problema demográfico es complejo: • En el curso de los últimos años entre 60,000 a 80,000 africanos de Eritrea, Sudán y otros países han entrado ilegalmente a Israel, (y continúan entrando), cruzando la península egipcia del Sinai, la mayoría de ellos impulsados, no por razones políticas, sino por haber escuchado que en Israel pueden fácilmente ganar más de mil dólares al mes, gastar un máximo de $400 y ahorrar unos $7,000 al año. • Hay 250,000 trabajadores extranjeros en Israel, el 8% de toda la fuerza laboral del país, la mitad de ellos ilegales con visas expiradas. • Más de 120,000 palestinos han recibido ciudadanía en Israel bajo el marco de reunión familiar. • 350,000 inmigrantes de la ex Unión Soviética no son judíos. • Más de 1,500,000 ciudadanos israelíes son árabes, (20% de la población). La mayoría de los grupos arriba mencionados no se identifican con Israel y mucho menos con el pueblo judío. El mayor problema social es el que presentan los africanos infiltrados. Han convertido zonas de Tel Aviv en ghettos africanos, donde los israelíes temen entrar. Los casos de violaciones y asaltos cometidos por africanos van constantemente en aumento. Esto ha ocasionado una reacción violenta, con tintes de racismo, de parte de personas que viven en barrios donde hoy predominan los africanos. Se han propuesto varias soluciones. Una de ellas es ofrecer una suma de dinero y pasaje al que voluntariamente escoja regresar a su país. Otra es enseñarles oficios que les puedan servir en sus países de origen y luego deportarlos, o, para usar un mejor término, repatriarlos. Lo que no se puede seguir aceptando es una infiltración incontrolada e ilegal que, al ritmo que va, cambiaría la demografía del país. www.mandeldavid.com-NOTI OLEI N