lunes, 11 de junio de 2012

El verdadero problema de los refugiados palestinos

El verdadero problema de los refugiados palestinos por Monica Cooper y Elie Smilovitz El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Resolución número 181 la cual proclamaba por primera vez la “solución de dos estados” para el conflicto judío-árabe en el Mandato Británico de Palestina: un estado judío de Israel y uno árabe de Palestina. Los británicos abandonaron la zona, 750.000 árabes abandonaron el área que quedó bajo control de Israel y un número similar de judíos abandonaron varios países árabes. Hoy, ni uno de esos judíos ha quedado como refugiado. Pero hay refugiados palestinos. En realidad su número se ha multiplicado de 750.000 en 1948 a 5 millones hoy. ¿Cómo ha sido esto posible? Explica Cliff May, del Centro para la Defensa de las Democracias, que esto ocurrió por medio de dos mecanismos: Primero, por definición, un refugiado debe vivir en países foráneos, pero para los palestinos, la definición se ha cambiado: palestinos desplazados que viven en tierras palestinas también tienen estatus de refugiado. Segundo, la organización internacional responsable del asentamiento de refugiados, UNHCR, fue ignorada desde un principio y una nueva organización se creó exclusivamente para los palestinos: la UNRWA (United Nations Relief and Work Agency). Históricamente, la UNRWA ha tomado las siguientes acciones: En 1950 definió como refugiado a “alguien que perdió su casa y fuente de ingreso” como resultado de la guerra lanzada por los países musulmanes en respuesta a la declaración de Israel de establecer un Estado. En 1965, a pesar de las objeciones de EEUU, decidió que se incluirían como refugiados a los hijos, nietos y bisnietos de aquellos que salieron de Israel. En 1982, declaró que todas las generaciones subsecuentes de descendientes de aquellos que salieron de Israel serán refugiados, hasta la eternidad. Según las reglas de la UNRWA, un descendiente de un refugiado palestino que adquiere la ciudadanía de otro país, sigue siendo un refugiado. En Jordania, por ejemplo, hay 2 millones de personas registradas como “refugiados”. [En realidad, el 80 por ciento de la población de Jordania es palestina, lo cual no sorprende a nadie siendo que las tierras de Jordania constituyen el 75% del territorio de la Palestina histórica.] De los 2 millones de “refugiados” que viven en Jordania, todos, excepto 167.000, son ciudadanos jordanos. Esta decisión de la UNRWA viola alevosamente la Convención sobre el Estatus de los Refugiados de 1951 que dice claramente que “una persona cesará de tener estatus de refugiado si ha adquirido una nueva nacionalidad y goza de la protección del país de su nueva nacionalidad”. La UNRWA está interesada en expandir, en lugar de reducir, la población de refugiados palestinos por la eternidad. Según proyecta la UNHCR, en 2030 habrá, según la UNRWA, 8.5 millones de refugiados palestinos. Para 2060, habrá 25 veces más refugiados que los inscriptos en 1950, a pesar que ninguno de los que salieron de Israel estará vivo. Todos entienden lo que significa que todos esos refugiados reciban el “derecho al retorno” a Israel. Mahmoud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina dijo el 24 de marzo de 2009: “En cuanto a los números de refugiados, es ilógico pedir que Israel reciba cinco millones, o ni siquiera un millón. Eso significaría el fin de Israel”. Incrementando el número de refugiados, manteniéndolos en la pobreza, dependencia y resentimiento, y confiada en que el “derecho al retorno” será exigido por algún lider palestino, la UNRWA apoya a los extremistas que rechazan la solución de dos estados y continúan una guerra de aniquilación contra Israel. Paradójicamente, resulta ser que esta política no conciliatoria ha estado financiada mayormente por Estados Unidos, país que ha donado 4,4 mil millones de dólares a la UNRWA desde 1950. Esta revelación tiene a varios senadores en Washington muy ocupados últimamente. El Senador Mark Kirk (de Illinois) ha redactado un proyecto de ley que establece por primera vez que sólo un refugiado palestino puede recibir el estatus de refugiado palestino – no el hijo, el nieto o el bisnieto, y no alguien que ha tomado residencia en otro país y goza de ciudadanía allí. El Representante Howard Berman (de California) también está buscando cambiar la legislación para responder a estos problemas de tal forma que por lo menos los descendientes de refugiados estén registrados como “descendientes de refugiados”. -¿El dinero que provee EEUU es usado para socorrer a refugiados que lo necesitan o para perpetuar una narrativa y un conflicto mientras una sociedad dependiente y corrupta existe en Gaza y la Cisjordania?, pregunta el senador. ¿En qué medida la UNRWA, financiada en gran parte por EEUU, lo que hace es socavar lo que debería ser la tarea de los palestinos de construir un país que pueda proveer de servicios básicos a sus propios ciudadanos, cuando mantiene y expande el estatus de refugiados dependientes de ayuda? Jennifer Rubin, del Washington Post, reporta que luego de tratar asiduamente de conseguir información de los funcionarios en los territorios palestinos, lo único que averiguó es que el número de refugiados en la Cisjordania y Gaza (donde existen gobiernos autónomos palestinos) “no se conoce”. Mientras tanto, la UNRWA ha instalado una oficina en Washington, según la misma agencia, para “coordinar” con el congreso norteamericano. El cabildeo de la ONU en Washington está prohibido, pero con el título de “coordinadores”, dos expertos de la UNRWA continuamente se reunen con un gran número de congresistas. Esto significa más dinero mal usado por la UNWRA que sale del bolsillo de los ciudadanos de EEUU que pagan impuestos. El senador Kirk también quiere saber exactamente qué tipo de “coordinación” hace la UNRWA en Washington y si viola la ley sobre el cabildeo. También, Rubin reporta que la UNRWA emplea 31.000 palestinos para proveer servicios a “refugiados”. Todas las otras agencias de la ONU que proveen servicios de este tipo emplean gente de procedencias varias. La UNHCR emplea un total de 5.000 personas en todo el resto del planeta. Esta política de la UNRWA no promueve a que los palestinos busquen trabajos independientes sino que a tratar de perpetuar a la UNRWA. La “Enmienda Kirk” (una versión mucho más restringida que el proyecto de ley original del senador del mismo nombre) fue aprobada en el Senado de EEUU y ahora espera ratificación en el Congreso. Por ella se requerirá que el Departamento de Estado reporte al Congreso cuántas personas de los 5 millones que reciben ayuda de la UNRWA son refugiados que salieron de Israel de 1946 a1948, y cuántos son descendientes de aquéllos. Se estima que de los refugiados que salieron de Israel, actualmente están todavía en vida alrededor de 30,000. Cabe mencionar que la UNRWA tiene un presupuesto de 600 millones de dólares por año, de los cuales 240 millones provienen de EEUU. Además la UNRWA reparte a los 5 millones de refugiados en todo el mundo 1,23 mil millones de dólares anualmente y recibe 400 millones de EEUU. La propuesta original de Kirk fue que para tener el estatus de “refugiado”, la persona tenía que haber sido desplazada de su hogar y no tener otra ciudadanía. Inspirada por Kirk, la miembro de la Knesset, Einat Wilf, está buscando apoyo internacional para lograr que la definición de refugiados palestinos responda a estos parámetros. Este cambio va a ser muy significativo en la resolución del conflicto entre Israel y los palestinos. El “derecho al retorno” ha sido uno de los temas más conflictivos en todas las conversaciones de paz hasta el momento. A pesar de que los senadores están tratando de controlar los gastos en el presupuesto de EEUU con estas medidas, ninguno de ellos busca que se corte la ayuda a los necesitados. Todos aquellos palestinos que necesiten ayuda por su estado de pobreza, la recibirán. EEUU no los va a reconocer como refugiados sino como personas necesitadas. A pesar de todo esto, la Enmienda Kirk puede que no resulte aprobada por el Congreso y si lo es, es posible que el presidente Obama la vete. La reacción de los palestinos es temida en Washington. Por el momento, éstos quieren continuar la tramoya de los “refugiados”. El embajador palestino en Líbano declaró recientemente que si se funda un estado palestino, los refugiados que allí viven hoy no recibirán ciudadanía palestina; continuarán siendo refugiados. ¿Por qué? Porque “perderían el “derecho al retorno” a Israel”, declaró el embajador. “Aunque Palestina sea aceptada como miembro de las Naciones Unidas,” agregó, “eso no significa que el conflicto se haya acabado”. La narrativa de los refugiados es sagrada en la cultura política de los palestinos. No porque el Congreso de EEUU pase una nueva legislación, los líderes palestinos van a considerar de nuevo quiénes son refugiados y quiénes no lo son. La UNRWA está dedicada a perpetuarse a sí misma y a perpetuar un estatus de refugiado que de nada sirve a la causa de crear para los palestinos instituciones civiles, fuentes productivas de trabajo, y un gobierno independiente. Mientras tanto los números de refugiados en los millones convierte en imposible cualquier iniciativa de paz que demande el “derecho al retorno”. Hay pocos símbolos más potentes que el “refugiado palestino” para la causa palestina. No es de esperar que los palestinos lo abandonen muy fácilmente.