miércoles, 13 de junio de 2012

TERMINAR LA INJUSTICIA QUE SOBREVIVIO A UN PADRE

Fuente: The Jerusalem Post Magazine- Traducido por Marcela Lubczanski especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba por David Kirshenbaum 11/6/12 Morris Pollard lucho para liberar a su hijo de prision hasta su muerte en junio pasado. Photo by: University of Notre Dame Una de las personas mas extraordinarias que yo haya conocido fue el Dr. Morris Pollard, quien murio en junio pasado a los 95 años. Morris era el padre de Jonathan Pollard y fue a traves de esa conexion que yo tuve el privilegio de conocer a Morris por mas de 20 años. Durante el año pasado, yo he recitado kadish por Pollard. La oracion es dicha durante los servicios de la sinagoga en merito del que partio, y bajo circunstancias normales, es dicha por un hijo u otro familiar. Como es destacado a menudo, la oracion de Kadish no hace siquiera una sola referencia a la muerte. De hecho, la penultima oracion de la plegaria expresa la esperanza que Di-s nos bendiga con vida. Pollard, un cientifico e investigador de cancer reconocido internacionalmente, nunca tomo por concedidas las bendiciones de la vida y le dio significado cada dia. En la IIª Guerra Mundial, mientras trabajaba bajo la comision del General americano George Marshall, Pollard investigo y probo vacunas para virus exoticos que estaban afligiendo a los soldados americanos en el Pacifico. Trabajar con estas vacunas y virus estaba lleno de potenciales riesgos fatales para la salud. Pollard fue honrado por su trabajo con tres citas presidenciales y una Medalla de Elogio del Ejercito. Durante casi 50 años, Pollard superviso el mas largo programa de investigacion medica de la Universidad de Notre Dame que resulto en importantes descubrimientos en la batalla contra el cancer. Pollard continuo trabajando en su laboratorio hasta pocas semanas antes de su muerte. El estaba intentando difundir el regalo de la vida a incontables beneficiarios, pocos de los cuales siquiera sabian su nombre. La vida de Pollard dio un giro dramatico cuando Jonathan, un analista civil en inteligencia naval, fue arrestado por pasar informacion clasificada a Israel. La informacion era del tipo previamente compartida con Israel, pero entonces cortada, ironicamente, en respuesta a la destruccion por parte de Israel de la planta nuclear de Irak. Despues que el gobierno americano violo un acuerdo de declaracion de culpabilidad escrito con Jonathan, llevando a que el recibiera una condena a cadena perpetua sin precedentes por espiar en nombre de un aliado americano, el viejo Pollard cruzo el pais de un lado a otro hablando en sinagogas, centros comunitarios, oficinas de editores y las salas del Congreso americano. El caso de Pollard finalmente se volvio uno de esos temas raros sobre los cuales habia casi unanimidad de opinion dentro de la comunidad judia americana. De hecho, la flagrante injusticia en la condena a perpetua de Pollard fue reconocida y condenada por prominentes americanos de todos los lineamientos politicos. Por ejemplo, en 1992, Pat Robertson, un lider conservador de la comunidad evangelica cristiana y Robert Drinan, un sacerdote catolico apostolico romano y ex miembro democrata del Congreso, se unieron a Pollard y Elie Wiesel en el podio en la concentracion del Dia del Padre en New York, pidiendo por la libertad de Jonathan. Robertson se refirio al caso Pollard como el tipo de "injusticia" que "comera como un cancer la credibilidad del sistema de justicia que amamos en este pais." Un año mas tarde, Benjamin Hooks, un ex juez y jefe del NAACP, una de las mas antiguas y mas respetadas organizaciones de derechos civiles en los EEUU, escribio acerca del caso Pollard en una carta al entonces presidente americano, Bill Clinton, declarando que el "raramente habia encontrado un caso en el cual la arbitrariedad del gobierno fuera tan clara e inexcusable.” Y por un cuarto de siglo, continuando hasta solo unas pocas semanas previas a su muerte, Pollard estuvo constantemente enfocado en encontrar un remedio para la terrible injusticia. Mis conversaciones telefonicas normales con Pollard eran, en cierta medida, casos esquizofrenicos. La presencia de Jonathan en prision pendia sobre todo llamado. Era raro que nosotros no hablaramos sobre el caso. El dolor de Pollard lejos de disminuir con el paso del tiempo, solo se incremento mientras la sensacion de injusticia por el encarcelamiento de Jonathan crecia con cada año que pasaba. A pesar de la frecuencia de nuestras conversaciones, yo nunca marque el numero de Pollard sin sentir un peso extra. Por el otro lado, a medida que pasaban los años, la inspiracion que yo recibia de Pollard tambien continuaba creciendo. El estaba envejeciendo — 85, 90, 95 — y aun, el continuaba investigando, escribiendo y dando clases a un nivel de clase mundial. Yo a menudo preguntaba a Pollard como iban las ratas en su laboratorio. Y el tipicamente responderia con la excitacion y entusiasmo de un joven investigador, "Oh, estan prosperando!" Yo recuerdo bien cada vez que pude reunirme con Pollard: las sesiones de estrategia y grandes concentraciones por Jonathan, cuando la esperanza estaba en el aire, y una visita maravillosa, junto con toda mi familia, un verano en Philadelphia. Y hubo una visita mas conmovedora a Jonathan en su celda de prision en North Carolina junto con sus padres. Las caras y expresiones de la madre y padre de Jonathan durante esa visita, exhibiendo tremenda carga emparejada con fuerza asombrosa, siempre estara grabada en mi memoria. La ultima vez que vi a Pollard fue cuando el vino a Israel en noviembre del 2008 para activar por Jonathan y asistir a una conferencia de cancer en Jerusalem. El vino por si mismo y fue la ultima persona en salir del avion. El tenia entonces 92 años y aunque no aparentaba su edad, el se veia exhausto. Yo me preguntaba como el iba a sostenerse. Pero la mañana despues de su arribo nocturno, el estaba listo en la Kneset para una sesion especial sobre el caso Pollard. El segundo dia el se reunio con los grandes rabinos de Israel y mas tarde con el ombudsman del pais. El viaje fue muy dificil para el, pero tipificaba su resolucion. Sea en la octava, novena o decima decada de su vida, Pollard se presionaba a si mismo y lucho por Jonathan con toda la fuerza y vigor que pudo reunir. Mi ultimo esfuerzo colaborativo con Pollard fue un articulo de opinion publicado en The Washington Post en el 25º aniversario del arresto de Jonathan, titulado "Por que Obama debe conmutar esta cadena perpetua." Pollard estaba entusiasmado por el articulo y esperaba que su aceptacion señalara un reconocimiento en Washington que ya era hora de llevar el caso a un final largo y debido.De hecho, en los meses siguientes, muchos importantes funcionarios publicos, incluidos el ex Procurador General Michael Mukasey, Henry Kissinger, George Shulz, Dan Quayle y John McCain, pidieron al Presidente Barack Obama conmutar la sentencia de Jonathan a los mas de 25 años que el ya habia cumplido. En octubre pasado, un grupo bipartidario de 18 ex senadores americanos — incluidos cuatro que se desempeñaron como Presidente del Comite Selecto del Senado sobre Inteligencia y tuvieron acceso a todos los documentos clasificados en el caso Pollard — escribieron en forma conjunta a Obama urgiendolo a conmutar la sentencia de Pollard a los 26 años cumplidos. Ellos argumentaron que este era "un tema de compasion basica y justicia americana." El abandono de estos valores en el caso de su hijo angustio a Pollard hasta el dia de su muerte. Inscripto en la Campana de la Libertad en Philadelphia esta el mandamiento biblico que ha inspirado a los americanos durante siglos: "Proclama la libertad a traves de la tierra para todos los habitantes de la misma" (Levitico 25:10). Cuando la Campana de la Libertad y otras campanas a traves de los Estados Unidos suenen 13 veces este proximo 4 de Julio, su sonido sera mas genuino si a Jonathan Pollard le es tambien dada la libertad despues de mas de 26 años en prision. El autor es abogado en Israel y New York y miembro del comite central del Likud.